Que difícil es escribir en estos días, han pasado muchas cosas, nefastas, horribles, deprimentes; que me hacen reflexionar, mucho hacia donde iremos en estos momentos de pandemia, de crisis existencial, de recordar que en octubre del 2020, murió mi papá.
Odio sentir ese dolor que no se calma ni con llorar todas las noches, ni llorar todos los días, aún mi alma, mi ser, mi existencia se siente pateada por Dios, al quitarme de mi vida al ser que me dio la vida, es tan irónico, tan doloroso, que desde ese día soy una especie de holograma, de la persona que solía ser.
Y no me hago la victima, simplemente que mi dolor no ha bajado de intensidad y aunque he tratado de estar bien, no lo estoy,
En fin, y esa maldita enfermedad llamada #cáncer", me arrebato de las manos a mi padre, y no sólo a mi, sino también a mi madre y por ella estoy de pie, por ella lucho día a día al despertarme para ir a trabajar.
Todas las noche trato de no pensar, de no ser tan dura conmigo misma, pero es cuestión de poner y revisar prioridades en mis horas del día para que pueda dormir.
No hablo tanto de la pandemia, porque no es el punto inicial, aunque si afecto por el encierro, sin embargo me agrado estar sin tanta gente, sin hacer muchas cosas con personas. convivir si un poco pero estaba con mi padre y mi madre; es una sensación rara, hasta equivocada de no odiar la pandemia, ya me hacia falta descansar en el año 2020 y lo hice.
A pesar de todo, seguiré escribiendo en el blog, hay muchas personas que nos leen y es agradable.
Que este 2022, sea hermoso para todos y todas, y sobre todo hay que vivir al máximo y estar con nuestros seres queridos.
LAS PESTAÑAS DE LA IGUANA
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